A DIESTRA... A media comparecencia, José de Jesús Granillo volvió a demostrar que, cuando de defender números se trata, trae más paciencia que santo y más tablas que escritorio, porque ante el ruido por el famoso incremento al ISN soltó, sin drama y sin titubeo, que el 4% será temporal, exclusivo para obra pública y sin un centavo para gasto corriente, como quien aclara que el dinero no es para caprichos sino para puentes, vialidades y mantenimiento que ya gritan auxilio. Mientras explicaba que el ajuste es solo por 2026 y 2027, también dejó caer que el diálogo con los empresarios va caminando mejor de lo que muchos quisieran aceptar, que hay apertura, coincidencias y ganas de meterle infraestructura al estado para que no se nos quede chico el desarrollo. Y en el pasillo político se comentó lo evidente: entre tanta exigencia y tanta sospecha, Granillo está apostando a que la transparencia y la obra visible valgan más que cualquier grilla… porque si algo dejó claro es que las necesidades sí existen y que, sin inversión real, ni la competitividad ni el crecimiento se sostienen por milagro.

Y SINIESTRA... La tarde pintaba tranquila hasta que a Rafael Loera le soltaron la pregunta incómoda y el ambiente se puso tan tenso que hasta el aire acondicionado pidió tregua, porque la morenista Rosana Díaz llegó directo al punto: espectaculares, panfletos y supuesta promoción personal que —según ella— huele a violación del 134, y al secretario nomás le faltó tantito tino para no mostrar el fastidio, porque vaya que se le notó el coraje. Loera, con la voz más firme que paciente, negó tener un solo peso de comunicación social y hasta invitó al IEE a investigar, mientras Jorge Soto pedía orden como maestro de primaria queriendo que regresen al tema del Paquete Económico. Y aunque la comparecencia siguió su curso, en el chisme legislativo quedó claro que al secretario le picaron donde duele, porque una cosa es defender presupuesto… y otra muy distinta aguantar fuego amigo en plena sesión.

AL CENTRO...Apenas se está asentando el polvo de la bronca por la Ley de Aguas y Morena ya quiere medirle el agua a los camotes con una gira exprés de la presidenta Sheinbaum por Chihuahua, como si una vuelta por la Sierra y otra por Juárez bastaran para calmar el avispero que se despertó en el campo; y aunque oficialmente la agenda sigue en “por confirmarse”, todo mundo en pasillos políticos entiende que el verdadero propósito no es solo revisar el Plan de Justicia para la Tarahumara ni dar seguimiento al asunto migratorio con el famoso “México te Abraza”, sino tantear el ánimo de una tierra que trae la mecha corta y que quiere ver hechos antes que abrazos. Así que este sábado no solo habrá operativo de logística federal, sino un examen silencioso para saber si la presidenta llega a un estado que escucha, a uno que cuestiona… o a uno que, después de la ley del agua, está más dispuesto que nunca a decirle sus verdades en la cara.

A DIESTRA I... Quedó claro que, mientras en México la agenda anda hecha nudo, Maru Campos se dio este 10 de diciembre un momento para poner a Chihuahua en lo más alto del escaparate internacional: primero, en audiencia con el Papa León XIV —un gesto nada menor en tiempos donde pocas figuras logran ese nivel de interlocución— y luego inaugurando en la Via della Conciliazione una exposición fotográfica que dejó a más de uno con el ojo cuadrado, con imágenes de Nacho Guerrero que mostraron a un Vaticano entero por qué nuestros paisajes, misiones y rostros rarámuri tienen alma propia. Entre embajadores, diplomacia fina y el nacimiento de tamaño real hecho por artesanos de Mata Ortíz, la gobernadora movió la narrativa del día a un terreno luminoso y cultural, proyectando a Chihuahua no solo como tierra de esfuerzo, sino como un estado con identidad y talento que merece contarse en voz alta y en foros donde pocos logran entrar.

Y SINIESTRA I... Pues resulta que Adán Augusto salió muy campechano a decir que esos más de 17 mil libros de AMLO que repartió como si fueran volantes de kermés los va a pagar “con sus ahorros”, así, sin pestañear, como quien dice que compró una coquita en la esquina y no una mudanza completa de biblioteca, mientras la oposición ya pidió lupa, acta notariada y hasta arqueo de bolsillo porque aquello de la “aportación personal” no les cuadra ni con plastilina, sobre todo cuando el propio senador admite que todavía ni liquida la deuda y que nomás consiguió “precio especial”, generando el murmullo político del día: que si es regalo, que si es campaña encubierta, que si son ahorros o un milagro financiero; total, que mientras él insiste en que es pura buena voluntad para apoyar el trabajo territorial, en San Lázaro ya lo ven más como el Santa Claus de la 4T repartiendo libros de un autor que, curiosamente, antes regalaba cosas… pero desde Palacio.