A DIESTRA... Pues ya tronó el chicote azul y fue el mismísimo Jorge Romero quien aventó la bomba: “no habrá alianzas, punto”. Así, con todo y el golpe en la mesa, el dirigente nacional del PAN le mandó recado a las dirigencias estatales que andaban coqueteando con el PRI, como quien dice, “ni se me emocionen”. El mensaje cayó como balde de agua fría en lugares como Durango, Nuevo León y claro, Chihuahua, donde ya estaban haciendo cuentas alegres para el 2027. Y aunque Maru Campos y los suyos han tratado de mantener la calma y hablar de “ajustes estratégicos”, la verdad es que más de uno en el blanquiazul se quedó con cara de “¿y ahora con quién bailamos?”. Lo cierto es que Romero dejó claro que en el nuevo PAN no hay compadres ni conveniencias, y que el que quiera sumar, que lo haga, pero bajo sus reglas. Vaya manera de marcar territorio… y de paso, de poner a sudar a más de un aliado.

Y SINIESTRA... Y cuando parecía que la novela azul y tricolor se calmaba, “Alito” Moreno volvió a prender la mecha con su ya clásico tono de regaño. El dirigente del PRI salió en modo “no me uses y luego me tires” y acusó al PAN de desleal, después de que Jorge Romero anunciara que ya no habrá alianzas rumbo al 2027. En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Alito casi les gritó “¡cobardes!” y exigió que se pongan los pantalones para enfrentar juntos a Morena, porque —según él— esto “no es de si me caes bien o no, es por México”. Mientras tanto, Romero insiste en que el PAN va solo, libre, independiente y sin necesidad de compadres, como si de pronto les hubiera dado alergia la palabra “coalición”. Total, el PRI dice que sin ellos no hay números que alcancen, y el PAN jura que sin el PRI respira mejor. Así que, de amor eterno… a “cada quien con su dignidad”, pero eso sí, los dos asegurando que todo es “por el bien del país”.

AL CENTRO... Y sin tanto alboroto, pero con todo el colmillo político, Alfredo Chávez se convirtió en el primero en anotarse oficialmente en la app del PAN como aspirante a la alcaldía de Chihuahua. Nada de ceremonias ni discursos largos: puro clic y convicción digital, como quien pide su café pero con rumbo a la grande. El movimiento no pasó desapercibido, porque justo después, el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña, salió a decir que también se registrará pronto —aunque no quiso decir para qué—, y de paso le echó flores a Chávez, asegurando que tiene “todas las condiciones” para competir. Lo que sí es que, mientras unos andan midiendo encuestas o esperando señales desde arriba, Alfredo se adelantó y dio el primer paso, con el lema que ya suena más a grito de batalla que a hashtag: “A darle, Chihuahua”. Y sí, parece que el 2027 ya comenzó… aunque algunos todavía ni lo notan.

A DIESTRA I...  Pues ahora sí, Bonilla se puso el casco y la sonrisa para arrancar una de las obras más esperadas en Chihuahua: el paso superior de la Fuerza Aérea y carretera a Aldama. Con maquinaria rugiendo y todo el show del banderazo, el alcalde presumió el arranque de un proyecto que, dicen, le va a cambiar la cara a la movilidad del norte de la ciudad. Son casi 150 millones de pesos para ese puente, de un crédito que el Congreso aprobó por 570 millones, y que además trae otras dos joyitas: el paso en Los Nogales y la gaza de Borunda al Periférico. Dicen los que saben que el diseño tendrá glorieta, pasos peatonales, señalización moderna y hasta un monumento de bienvenida. Bonilla no se anda con medias tintas: está dejando la vara alta en infraestructura y preparando el terreno —literalmente— para que nadie dude de que en Chihuahua el concreto también habla de trabajo.

Y SINIESTRA I... Pues alguien que le avise a César Komaba que ser subsecretario de Movilidad no es lo mismo que ser comentarista de tráfico, porque mientras el alcalde Bonilla anda inaugurando obras que van a transformar la ciudad, el buen Komaba parece más preocupado por decir que “va a estar bien complicado” que por presentar soluciones. En lugar de salir con un plan, una estrategia o aunque sea un croquis mal hecho en PowerPoint, salió a confesar que no hay rutas alternas, que no hay calles paralelas, que no hay forma… o sea, ¿entonces para qué está ahí? Ni ayuda en el partido, ni se le nota mano firme en Vialidad; parece más bien que anda en modo espectador con uniforme de funcionario. La obra puede ser un reto, sí, pero lo que verdaderamente complica las cosas es tener funcionarios que avisan el desastre antes de intentar evitarlo.