A DIESTRA... Pues sin hacer ruido ni corte de listón, Maru Campos apareció —virtual, pero presente— en la “Mañanera del Pueblo” para firmar junto con Claudia Sheinbaum el acuerdo de “Felicidad y Bienestar para las Mujeres”, un gesto que deja ver que, al menos en este tema, Chihuahua no quiere jugar a la distancia política; la gobernadora soltó un mensaje sencillo y directo: “las mujeres cuentan con su gobierno”, sin echar campanas al aire ni vender milagros, solo marcando que en el estado ya se trabaja en la ruta que la Federación quiere empujar. Lo interesante no fue el discurso ni el acto simbólico, sino el tono: ni choque ni aplauso exagerado, más bien un “aquí estamos, con lo que ya traemos y con lo que falta”, porque si algo necesita este asunto es menos ceremonia y más constancia. En un país donde cada 25 de noviembre se firman compromisos que luego se olvidan en los cajones, Maru hizo lo correcto sin convertirlo en propaganda, y eso, sin reflectores de más, terminó diciendo más que cualquier lista de promesas.

Y SINIESTRA... Madrugaron de nuevo los de Retén Ciudadano para plantarse afuera del Congreso a exigir que el derecho vehicular no siga subiendo “por ocurrencia”, como si aquí los diputados fueran calculadora con patas y solo esperaran a Hacienda para preguntar cuánto cobrar; traían pancartas, el artículo 31 bajo el brazo y el argumento de siempre: que el cobro sea proporcional y equitativo, que no se castigue al que trae su carrito de veinte mil pesos mientras el dueño de camionetón se va riendo. Pero lo curioso, y hasta simpático, es que los manifestantes juran que todo es culpa del estado, cuando el verdadero tsunami viene de la Ciudad de México, donde Morena empuja una reforma fiscal para revivir la tenencia a nivel nacional, con discurso “social”, números millonarios y el sueño de que cada auto financie movilidad y transporte… claro, siempre y cuando el recurso no se pierda en burocracias. Así que mientras Retén pelea para bajar el cobro en Chihuahua, la federación ya prepara la receta para hacerlo obligatorio en todo el país; quizás no es que el Congreso no los escuche, sino que ya esté escuchando otra voz, mucho más fuerte y con más votos en San Lázaro. En una de esas, los inconformes protestan en la dirección correcta, pero contra el gobierno equivocado.

AL CENTRO... Dicen en el campo que desde Palacio Nacional hablan de “diálogo permanente”, pero acá en Chihuahua lo sienten tan real como los foros que organizaron… ¡en Zacatecas!, como si un productor pudiera dejar su milpa, su agua y sus cosechas nomás para ir a escuchar cómo quieren cambiarles las reglas; por eso, mientras allá presumen apertura, acá las organizaciones ya mandaron una comitiva completita rumbo a San Lázaro —menonitas, LeBarón, fruticultores, Adelitas, agricultores del centro-sur, Zubía, Valenciano y medio tablero productivo— porque si no los escuchan a distancia, irán a tocar la puerta directamente, y no para la foto, sino para exigir que cambien los artículos que ponen al campo patas pa’ arriba. Lo que más arde entre los productores es que los acusen de no dialogar cuando ni siquiera les ponen la mesa en su propio territorio; y claro, la narrativa oficial suena muy bonita desde el micrófono, pero en la tierra la ecuación es simple: sin agua no hay producción, sin producción no hay campo y sin campo México no desayuna. Así que esta visita a la capital no es peregrinación ni trámite, es un recordatorio firme —y con acento norteño— de que si la Federación quiere hablar en serio, primero tiene que escuchar de verdad.

A DIESTRA I... Nomás faltó que Maru trajera un letrero que dijera “no me anden usando”, porque con una sonrisa muy diplomática y frases que picaron como limón en herida fresca, dejó claro que quien ande presumiendo su bendición rumbo al 2027 “está mintiendo”, y que nomás están haciendo circo con lonas, caravanas y encuestitas que sirven más para inflar egos que para ganar elecciones; dijo que vio varias lonas, no una, que las caravanas no se organizaron solas y que eso de deslindarse “muy fácil” no le cuadra, como cuando alguien niega un regalo sospechoso que trae moño del tamaño de la Catedral. Luego soltó la joya: si alguien presume respaldo que no existe, eso dice mucho de su honestidad futura, así que el tiro no fue directo, pero tampoco escondido, y todos saben a quién le cayó. Y pa’ rematar, tumbó las encuestas triunfalistas con un “autoengaño” que no solo frena el trabajo, sino que de paso les baja el ego: si creen que ya ganaron, ¿para qué sudan? Con todo y el jalón de orejas, no hubo insultos, solo una advertencia con elegancia panista: aquí no hay gallo designado, y en 2027 no va a ganar el que más espectaculares tenga, sino el que pueda decir la verdad sin colgarse de la gobernadora.

Y SINIESTRA I... En Palacio dicen que los bloqueos del campo son puro “interés partidista”, pero acá en Chihuahua nomás voltearon a Juárez y se encontraron con que la protesta la encabezó Yako Rodríguez, un barzonista morenista que lo ha gritado a todo pulmón, así que el chisme se les cayó de las manos antes de armar el guion; por eso los diputados del PAN salieron a responder con cara de “¿pos de cuál movimiento hablan?”, recordando que si alguien vino a politizar el tema del agua fue el propio Gobierno Federal con su reforma que centraliza el control y puede usarse como vara para los estados que no se alineen. Saúl Mireles, Alfredo Chávez, Roberto Carreón y Jaime Torres nomás remarcaron lo obvio: los productores están hasta el cuello desde que les desaparecieron la Financiera Nacional y les dejaron un boquete de 5 mil 800 millones sin plan B, y todavía les quieren vender la idea de que el enojo del campo es para hacerles campaña a alguien. Apenas si se necesita una calculadora para entenderlo: sin apoyos, sin agua y sin alternativas, al productor ya no lo mueve un partido, lo mueve el hambre, y a ver quién se atreve a llamarle “partidista” a eso frente a un tractor bloqueando la carretera.