Generación Z toma las calles: la nueva ola de activismo que sacude a México
- Editor
- 18 nov
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La tarde del domingo, miles de jóvenes de la Generación Z —estudiantes de preparatoria, universitarios, creadores digitales y jóvenes profesionistas— salieron a las calles de diferentes ciudades del país para participar en una marcha que, más que una protesta tradicional, se convirtió en un retrato vivo de una generación que exige ser escuchada. Con pancartas ingeniosas, consignas creativas y celulares siempre en mano, los asistentes mostraron que su forma de organizarse y expresar su visión del país tiene un sello propio: instantáneo, digital y profundamente político.
Una marcha planteada desde TikTok
A diferencia de otras manifestaciones convocadas por organizaciones o dirigentes, esta movilización nació en foros estudiantiles y se viralizó en redes sociales. Videos breves en TikTok explicaban las razones para marchar; cuentas en X compartían rutas y horarios; grupos de Discord se convirtieron en espacios para coordinarse por zona, escuela o interés.
“Es nuestra manera de hacer política”, dijo Mariana, de 19 años, estudiante de ingeniería. “Tal vez no vamos a asambleas largas, pero sí estamos conectados todo el tiempo. Y eso nos permite movernos rápido”.
Aunque la marcha tuvo múltiples mensajes, los más visibles giraron en torno a temas que la Generación Z considera urgentes: derechos digitales, acceso a educación de calidad, medio ambiente, violencia y corrupción. Muchos asistentes también expresaron preocupación por los efectos de las reformas federales en la vida democrática del país.
Para esta generación, el activismo no se limita a salir a las calles: se extiende a hilos explicativos, infografías, podcasts estudiantiles y transmisiones en vivo. Durante la marcha, varios influencers y jóvenes periodistas transmitieron en directo, alcanzando a miles de espectadores que siguieron la movilización desde otras ciudades.
Estética y política: la identidad Z en primera fila
Pancartas con memes, frases irónicas, referencias a videojuegos o series, y letreros diseñados con estética minimalista o en colores pastel marcaron la imagen de la marcha. La protesta fue también una pasarela de creatividad: stickers intercambiados entre desconocidos, códigos QR que enlazaban a documentos informativos y hasta filtros de realidad aumentada que varios asistentes desarrollaron para la ocasión.
“No es falta de seriedad”, explicó Kevin, estudiante de diseño gráfico. “Es la forma en la que crecimos. Si queremos que el mensaje llegue, lo hacemos a nuestro estilo”.
Una protesta pacífica, organizada y con lectura generacional
La jornada transcurrió sin incidentes. Grupos de jóvenes se organizaron para repartir agua, recoger basura y asistir a quienes sufrieron golpes de calor o cansancio. Los propios asistentes formaron cinturones de seguridad para evitar empujones y mantener las rutas despejadas.
El resultado fue un ambiente que combinó indignación, esperanza y, sobre todo, una clara determinación de demostrar que esta generación no es apática, como muchos discursos adultos han afirmado.
¿Un nuevo capítulo político?
Analistas consultados después de la marcha señalaron que lo ocurrido podría convertirse en un parteaguas: la Generación Z ya no solo participa en debates digitales, sino que está comenzando a ocupar espacios físicos con una fuerza que no se había visto en años recientes.
Este movimiento emergente, diverso y veloz parece anunciar que los jóvenes no solo quieren influir en la conversación pública, sino incidir directamente en las decisiones políticas del país. Y si algo quedó claro en esta marcha, es que la Generación Z está lista para hacerlo, a su manera y a su ritmo, pero con un mensaje contundente: su futuro lo quieren decidir ellos.

















